Iniciaba la semana con el reto de tener
que construir una Unidad Didáctica en un entorno de trabajo hasta ese momento
desconocido, y para mayor incertidumbre llevarlo a cabo con una serie de
compañeros a los que no conoces y además con los que no tienes contacto en el
momento que lo necesitas, he echado de menos un número de teléfono, poder
solucionar una duda en el momento que surge, ahora que nos hemos acostumbrado a
estar siempre comunicados, era como trabajar a ciegas, tuve que vencer la
tentación de intentar localizar el teléfono de alguien del grupo, he tenido
sensación de soledad y sobre todo la de no saber si lo que estás haciendo va a
servir para algo, luego, de golpe y porrazo te das cuenta que el trabajo está
terminado y que aunque no los has visto todos han estado, todo el mundo ha
puesto su grano de arena y el trabajo ha salido adelante. Me ha gustado el
grado de implicación, y sobre todo he aprendido que a día de hoy no es
necesario estar en el mismo espacio físico para poder hacer un buen trabajo,
que si te rodeas de un buen grupo de profesionales, con alguien que marque la
pauta, como en este caso nuestro tutor en prácticas, que el primer día, una vez
decidido el tema, colgó el índice y a continuación todos a trabajar, sin
asignar nada concreto a nadie, creo que la ventaja es que cuando tenemos algo
concreto nos centramos en ello y lo demás lo vemos de pasada, cuando lo tienes
todo reflexionas sobre todo e intentas mejorar todo.
Solo me queda decir que ha sido una
buena experiencia y dar las gracias a todo el equipo que ha formado parte de
ella.
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